Alan Moreno: «Mi familia y Dios son mi motor para seguir cada día»

El jugador de 22 años, oriundo de Villa Carlos Paz, tiene dos hermanas y cuatro sobrinos; sus padres, Patricia y Ricardo, vienen a ver los partidos cuando tienen la oportunidad, “se ponen muy nerviosos cuando juego” afirmó.

Comenzó a jugar al básquet a los 4 años, “mi mamá me mandó al Club de Pesca de Villa Carlos Paz, iba siempre después del colegio y estaba con mis amigos”, pero también pasó por otras disciplinas, “hice futbol cuando tenía 10 años y hacía tenis en verano, siempre me gustó el deporte y me adaptaba muy rápido”.

Desde pequeño no pensó en dedicarse al básquet de manera profesional, “cuando empecé a quedar en las selecciones formativas de Córdoba empecé a tomar en serio el básquet y lo empecé a vivir de otra manera”, su primera experiencia fue a los 16 años en Peñarol de Mar del Plata, donde estuvo una temporada, pero su gran salto fue a los 18, “me fui a jugar profesionalmente al Torneo Federal en Atlético Tostado”.

Hay un partido que guardó en su memoria, “fue durante mi segunda temporada en Tostado, jugamos contra Junín de Mendoza y teníamos que ganar si o si, en el último cuarto se me abrió el aro y pude meter varios triples, gracias a Dios se me dio”. El jugador no deja de mostrar su fe, “en ese partido sabía que Dios estaba conmigo, mi familia y Dios son mi motor para seguir cada día”, aseguró.

Alan Moreno llegó a Echagüe en la temporada 2018/19, fue su oportunidad de subir de categoría, y decidió seguir una temporada, “me sentí cómodo con el club el primer año que estuve aunque no nos fue tan bien, y sentí que si me quedaba ahora iba a tener un lugar en el equipo e iba a tener más confianza, además ya conocía a los técnicos y la estructura del club, algo en mi interior me dijo que me quede”.

El jugador tiene como objetivo tratar de mejorar cada día y destaca la experiencia de sus compañeros de equipo, “con Bruno y Ale -refiriéndose a Oprandi y Zilli-, abajo del poste bajo somos casi indefendibles, son jugadores con mucha experiencia, como también Agus y Nacho -Carnovale y Fernández-, nosotros los más chicos tenemos que entrar con una energía distinta a la cancha para tratar de cambiar el juego, revolucionar y tratar de que nos vaya bien”.

Siendo un jugador joven les dejó un mensaje a sus compañeros más chicos: “disfruten el tiempo desde que son chicos hasta que crecen, porque hasta la primera el camino es largo y hay que disfrutar el deporte; si alguno tiene la posibilidad de jugar profesionalmente vívanlo al 100% y disfruten porque es algo muy lindo”, además agregó que “no todo llega rápido, el secreto está en entrenar cada día y tratar de poner el esfuerzo máximo”.