El juez que cosechó amistades

El domingo 26 de noviembre del corriente año, durante el entretiempo del partido entre Echagüe y Barrio Parque de Córdoba, se entregó un reconocimiento a la trayectoria a Jorge Palacios. Por decisión de la Comisión Directiva del club, se brindó este aplauso al trabajo arbitral de tantos años. Palacios es un histórico del silbato entrerriano y en esta entrevista nos cuenta sobre sus días como juez de básquet.

Esposo de Lilian, papá de dos mujeres (Jorgelina y Julieta) y abuelo de mellizos. Actualmente se desempeña en la Subsecretaría de Deportes Municipal. A sus 80 años José Jorge Palacios no se guarda la sonrisa al andar debajo de los bigotes. Voluntarioso y según algunos que lo conocen de años, es medio “personaje”. Aceptó encantado esta entrevista para conocer un poco más al hombre detrás del chifle.

Conoció al Atlético Echagüe Club primero como adversario vistiendo los colores del club de sus amores: Ciclista. Luego llegó el tiempo de impartir justicia en la cancha. Al preguntarle qué es lo que más disfrutó, la respuesta sorprende: “Lo que más disfruté de ser Comisionado Técnico es que pude mantener y desarrollar los vínculos afectivos con otros árbitros, dirigentes y personas relacionadas al básquet”.

— ¿Cómo llegó al arbitraje?

Empecé por casualidad cuando vivía en Mendoza. Siempre me entusiasmó el tema y me llamó la atención en particular la organización arbitral de esa ciudad. Mientras que en Paraná a veces  te pedían por favor arbitrar un partido para evitar la multa, allá había un Colegio de Árbitro de Básquetbol.  Me invitaron a ser miembro y con buenos aranceles. Cuando era jovencito y hacía de árbitro en Paraná, no nos daban ni para el colectivo.

Así comenzó mi entusiasmo y fui creciendo en seriedad y responsabilidad. Estuve un año y medio y luego regresé a Paraná, con la mentalidad de un árbitro. Empecé a organizar aquí como pude, imitando lo aprendido de las charlas técnicas obligatorias, seguimientos y evaluaciones que nos hacían en Mendoza.

Obtuve la licencia como juez nacional y también la internacional de FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) a los 32 años.

Pero tuve que abandonar en la mejor etapa: con equilibrio emocional y sentido común; dos conceptos más que importantes. Tenía 39 años y no me daban los tiempos para trabajar y arbitrar.

Fue demasiado  fuerte alejarme de las canchas y aliviaba la sensación cada dos años que me hacía presente en las Clínicas para revalidar mi carnet de FIBA. Visité cuatro países cada dos años, ahí me reencontraba con amigos de América y con el arbitraje.

— ¿Qué es lo más lindo y qué lo más difícil de impartir justicia en la cancha?

No hice una carrera complicada, siempre traté de evitar roces sin sentido con jugadores y DDTT. Mucho tuvo que ver la buena convivencia en virtud de lo expuesto, como anécdota, era enemigo de pitar fouls técnicos, me las ingeniaba para evitarlos. Esa actitud fue clave para no tener prácticamente «enemigos», todo lo contrario, mi inclinación era la tolerancia y no una exagerada exactitud. Coseché muchos amigos.

— Popularmente se dice que la persona más odiada del partido es el árbitro… ¿cómo se convive con esa sensación?

Hay que emplear todas las virtudes que se tienen. Una fundamental es jamás enfrente a un jugador «caliente» todo lo contrario, ni siquiera hay que mirarlo. Lo mejor es alejarse lo más pronto posible y cuando intuía calma, de pasada les decía palabras con buena onda. Después del juego todos amigos.

— ¿Qué consejo le daría a un joven que quiera incursionar en el arbitraje?

Lo primero tiene que ver con su vida personal, es fundamental que el aspirante tenga una imagen buena y honesta  como persona. Esa es la base y luego viene el deseo de tomar un silbato.

— ¿Nos puede contar sobre la foto con el expresidente Carlos Memen?

Me llegó una invitación para el juego de las estrellas con la participación del presidente Menen en el Luna Park[1] unos diez días antes del evento. Debía responder inmediatamente por sí o por no. Era una gran oportunidad y todos querían arbitrar ese partido que dio la vuelta al mundo. La respuesta fue fácil.

Después me enteré que la Confederación tuvo muchos inconvenientes para la designación arbitral. Optaron por elegir cuatro árbitros Ex FIBA, de buena historia: dos de Capital y dos de Provincia. Para mí fue un gran honor ser un elegido, junto con otro gran árbitro de Bahía Blanca, Rodolfo Gómez. Recuerdo que en mi llegada al Luna tuve que pedir ayuda a seguridad para poder ingresar. Había mucha gente fuera del estadio. Fue un hermoso partido, plagado de gente muy amiga y de valiosa actividad del Basquetbol. Con Menen tuvimos contacto dentro y fuera de del camarín, una persona muy seductora, nos regaló una buena foto.

Como anécdota, un día antes del juego se presentó un señor de traje diciéndome que era de ceremonial de la gobernación y que Busti[2], quería hablar conmigo con respecto al juego. Me dio la bandera de Entre Ríos para que le entregara al presidente, era hermosa.

— Según su experiencia relacionada al deporte ¿Qué piensa que significa para la sociedad y para la familia en general, la existencia de una institución como Echagüe?

El Echagüe es una magnífica institución y no solo por lo deportivo. La actitud está por encima a través de su preciosa historia en varias disciplinas, lógicamente destacándose el básquet.

También destaco lo social, en función de eventos extradeportivos, veo una cooperación continua para bien de nuestra ciudad; gracias a destacados directivos prestos para ayudar a la  comunidad.

— ¿Qué factores cree que hacen posible que Echagüe tenga 91 años?

El club continúo insertado con dirigentes que son visionarios. A lo voluntarioso se le agrega la transparencia y que son de buen nombre y honor. Factores claves para mantener a la institución con imagen positiva en el tiempo.

Echagüe se ha destacado en competiciones deportivas y socialmente en la comunidad. Los Abrazo muy apretado con mi corazón.

Fotos: Jorge Palacios y Prensa AEC.


[1] El 30 de agosto de 1989 se realizó un partido de básquet, en el estadio Luna Park, en el marco de un evento solidario. El encuentro tuvo de un lado al denominado Combinado Nacional, con Carlos Saúl Menem en el equipo, y del otro, un Combinado de Capital Federal. El partido terminó 105-102 en favor de los primeros, con 13 tantos de Menem, que jugó en posición de base.

[2] Jorge Pedro Busti: fue gobernador de la provincia de Entre Ríos en tres períodos: 1987-1991, 1995-1999 y 2003-2007